lunes, 7 de enero de 2008

Seis.


Respiro ahora mismo la libertad de un apartamento frío, un envoltorio de libros de arte y marcadores, simulando lo que debería estar haciendo. He perdido mi teléfono móvil, no quiero encontrarlo. Una cámara fotográfica frente a mí desesperante, no deseo captar la imagen que prometí, no hasta que me sienta preparada, no hasta que tenga la disposición. Cajas esperando ser empacadas, esperando ser llenas de cosas con cariño y significado. Un saco roto, él único que me hace soportar el frío, el más viejo, el que mi mamá pide que cambie.


...


Ahora, como todos los días, hablo con alguien sobre música, estoy feliz de nuevo.

3 comentarios:

Damián de Victoria dijo...

Me gustó, se me figura que en el relato hay un poco de soledad, pero tambien esperanza y optimismo velado para el futuro. Saludos desde México.

Anónimo dijo...

....
es como el encabezado de un relato más largo, no?

Ta weeno.

Anónimo dijo...

Brillan las letras nuevas POR SU AUSENCIA.