miércoles, 15 de octubre de 2008

Veintiséis.


Él tenía tanto frío en el cuerpo, que lo único que podía ejercer era mearse, para sentir el calor que deja la orina en la entrepierna y la tela del pantalón cuando las piernas se están cerradas, aunque por ello tuviera que soportar más frío después, ya en el estado de conciencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lo mismo que nos pasa a todos cuando no podemos dar una respuesta inmediata a una situación urgente.

:)

Juli del awa.

Anónimo dijo...

Juepu...


es el escrito mas crudo que te he visto.

En mucho tiempo.


Nada mal.

¿Es inicio de un cuento?

Emmanuel dijo...

ke pesar, se mió. mira ke empecé un blog acá, a ver si en algún lugar guardo las cosas ke escribo, a ver si alguien las ve, y si pues no las ve, ke no las vea, maldito alguien... si lo vas a ver es http://apuntesvacios.blogspot.com/ ahi le iré poniendo cosas